Cuarto de Rescate

Cuarto de Rescate

 

Descripción 

El famoso cuarto del rescate está ubicado a escasos metros de la Plaza de Armas de Cajamarca y es un punto clave para visitar debido a su gran valor histórico.

Actualmente, debido a algunos maltratos que sufrió en el pasado por parte de irresponsables visitantes, se ha levantado una especie de cúpula alrededor del cuarto de rescate para garantizar su buen mantenimiento; ya que, en 2008 estudios arqueológicos aseguraron que se estaba deteriorando bastante rápido debido a su material de roca volcánica. Sin embargo, los turistas pueden visitarlo con libertad siempre y cuando sigan las reglas establecidas para su recorrido y no dañen el patrimonio de ninguna manera.

Sus dimensiones son de 11.80 metros de largo, 7.3 de ancho y 3.1 de alto. En el complejo se pueden encontrar, además, retratos de rescate y narraciones de cronistas de la época.

Exterior del Cuarto de Rescate

Retrato del rescate de Atahualpa

Narración de Pedro Pizarro de los hechos de la captura y rescate de Atahualpa

Historia

Pizarro arribó a Cajamarca el 15 de noviembre de 1532 en un ataque sorpresa junto con sus tropas. Los astutos españoles le ofrecieron a Atahualpa una invitación a una especie de almuerzo; claro está que era un bien preparada trampa, porque antes de realizada la comida engañaron al inca para que accediera a que se llevara a cabo el "Requerimiento" (un ritual en donde se deja una religión pagana para volverse al catolicismo). Atahualpa recibió l biblia como parte del protocolo del Requerimiento y al no tener ningún conocimiento sobre la religión católica y sus designios, la arrojó al suelo. El inca fue acusado de faltar el respeto a Dios y fue encarcelado en un cuarto. Desesperado, ofreció llenar aquel cuarto 1 vez de oro  2 veces de plata "hasta donde alcanzara su mano". A pesar de que se dio por cumplido la oferta de lo que sería el rescate más costoso del mundo Pizarro nunca liberó a Atahualpa y se excusó diciendo que era por motivos de "seguridad"

Linea que marca el límite del rescate